Reflejando el Amor de Dios
La esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones. Romanos 5:5
¿Cómo podía ser tan capaz de perdonar? Me hice esta pregunta cuando leí lo que le sucedió a un cristiano de Corea del Sur. Arrestado por los comunistas durante la guerra de Corea, fue sentenciado a morir ante el pelotón de ejecución. Pero cuando el oficial al mando supo que este hombre era director de un orfanato, cambió la orden. En lugar de ello, obligó al creyente a mirar mientras su hijo de 19 años era ejecutado en su lugar.
Algún tiempo después, el oficial comunista fue capturado por las fuerzas de las Naciones Unidas, juzgado y condenado a muerte. Pero antes de su ejecución, el cristiano cuyo hijo había sido ejecutado hizo una emocionada petición en favor del oficial, pidiendo que lo entregasen a su custodia. Le concedieron su petición, y al cabo de un tiempo el oficial fue convertido a Cristo, y llegó a ser pastor.
Mientras leía esta verdadera historia, mi primer impulso fue decir: "¡Yo no hubiese podido hacer lo que él hizo!". Pero luego recordé que él no lo hizo con sus propias fuerzas. El perdón que mostró era el derramamiento del amor de Dios en su alma.
Cuando Dios inunda las corazones de sus hijos con su amor, el Espíritu Santo hace este amor tan verdadero para nosotros, que podemos hacer lo imposible. Pero debemos estar dispuestos a reflejar este amor.
Pensamiento: Dios derrama su amor en nuestros corazones para que mane a las vidas de otros.
¿Cómo podía ser tan capaz de perdonar? Me hice esta pregunta cuando leí lo que le sucedió a un cristiano de Corea del Sur. Arrestado por los comunistas durante la guerra de Corea, fue sentenciado a morir ante el pelotón de ejecución. Pero cuando el oficial al mando supo que este hombre era director de un orfanato, cambió la orden. En lugar de ello, obligó al creyente a mirar mientras su hijo de 19 años era ejecutado en su lugar.
Algún tiempo después, el oficial comunista fue capturado por las fuerzas de las Naciones Unidas, juzgado y condenado a muerte. Pero antes de su ejecución, el cristiano cuyo hijo había sido ejecutado hizo una emocionada petición en favor del oficial, pidiendo que lo entregasen a su custodia. Le concedieron su petición, y al cabo de un tiempo el oficial fue convertido a Cristo, y llegó a ser pastor.
Mientras leía esta verdadera historia, mi primer impulso fue decir: "¡Yo no hubiese podido hacer lo que él hizo!". Pero luego recordé que él no lo hizo con sus propias fuerzas. El perdón que mostró era el derramamiento del amor de Dios en su alma.
Cuando Dios inunda las corazones de sus hijos con su amor, el Espíritu Santo hace este amor tan verdadero para nosotros, que podemos hacer lo imposible. Pero debemos estar dispuestos a reflejar este amor.
Pensamiento: Dios derrama su amor en nuestros corazones para que mane a las vidas de otros.
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