Andar Con Integridad
«Jehová, ¿quién habitará en tu tabernáculo? ¿Quién morará en tu monte santo? El que anda en integridad y hace justicia, Y habla verdad en su corazón» (Salmos 15)
Todos algunas vez hemos fallado. No somos perfectos, cometemos errores, pero tenemos la virtud de enmendarlos y acercarnos a la creación que Dios quiere que seamos. Al leer las escrituras de hoy, pienso en su valor y en su profunda sabiduría, porque en ellas reside la manera de obrar, el carácter, la forma de conducirnos en la que rendiremos mayor gloria al Señor. En otras palabras ella nos resume lo que El Señor espera de nosotros.
Al detenerme a analizar su contenido, me hago consciente de que no soy inocente, muchas veces no he cumplido mi palabra, he ignorado la verdad y mi orgullo me ha impedido en el momento correcto, perdonar.
Podría angustiarme, dejarme arropar por la tristeza y rendirme ante mi propia decepción de haber fallado al Señor. Podría seguir sumido en el abismo de sentir que no importa que haga, no habrá forma de resarcir ese error.
Por otro lado podría llenarme de esperanza. Podría perseverar en mi fe y convencerme de que en la misericordia de Dios puedo ser nuevamente llamado.
Es nuestra decisión elegir uno de los dos caminos, y es nuestra acción la que decidirá si honraremos la segunda oportunidad que en Él Señor encontramos, o si nos distanciaremos de Él, alejándonos del modelo que su palabra nos dicta.
Cristo, espera la decisión, afinemos el carácter. En Él encontraremos la justa medida para no volver a fallar.
Comentarios
Publicar un comentario