Cara a cara con Dios
“Y el varón le dijo: No se dirá más tu nombre Jacob, sino Israel; porque has luchado con Dios y con los hombres, y has vencido. Entonces Jacob le preguntó, y dijo: Declárame ahora tu nombre. Y el varón respondió: ¿Por qué me preguntas por mi nombre? Y lo bendijo allí. Y llamó Jacob el nombre de aquel lugar, Peniel; porque dijo: Vi a Dios cara a cara, y fue librada mi alma.” (Génesis 32:28-30)
Han pasado veinte años desde que Jacob huyó de su hogar en Beerseba donde su vida había sido amenazada por su hermano Esaú. Estos años habían sido años de adquisición: rebaños, hacienda, esposas, hijos. Aun así había algo que lo hacía sentir vacío. Jacob ahora está en su camino de regreso al hogar y se encuentra cara a cara con Dios.
Jacob cambió de carácter. Su nombre fue cambiado de “Jacob”, que quiere decir falso, tramposo, a “Israel”, que significa un príncipe con Dios. De ahora en adelante Jacob tendría que vivir a la altura de su nombre. Hasta ese momento había sido un hombre torcido, siempre tratando de arreglar las cosas en provecho propio.
A ti y a mí, Dios nos ha cambiado de nombre, nos ha llamado: “Hijo mío, hija mía eres tú” ¿vivimos a la altura de ese nombre?
Jacob experimenta un nuevo poder. Su nuevo nombre de Israel implica que él evidentemente Jacob recibió el poder de Dios. Cada nueva experiencia espiritual trae una comprensión mayor del poder de Dios en nuestra vida.
Jacob experimentó una nueva bendición: “Y lo bendijo allí”. A menudo de las crisis en nuestra vida surgen las bendiciones más grandes de parte de Dios.
Todo lo que Dios se propone y lleva a cabo en la vida de su pueblo está preparado para bendecirlo. Sus caminos pueden parecer extraños y difíciles de entender, pero su propósito es bendecirnos.
Jacob aprendió que los planes de Dios son mejores que los que el hombre forja por su propia cuenta. Aprendió que la providencia de Dios es lo que el hombre necesita, por eso dijo: “Vi a Dios cara a cara y fue librada mi alma”.
Cada vez que nos colocamos cara a cara con Dios tenemos la posibilidad de un cambio en nuestro carácter, un nuevo poder dentro de nosotros, una nueva bendición y una nueva experiencia en el aprendizaje.
Jacob cambió de carácter. Su nombre fue cambiado de “Jacob”, que quiere decir falso, tramposo, a “Israel”, que significa un príncipe con Dios. De ahora en adelante Jacob tendría que vivir a la altura de su nombre. Hasta ese momento había sido un hombre torcido, siempre tratando de arreglar las cosas en provecho propio.
A ti y a mí, Dios nos ha cambiado de nombre, nos ha llamado: “Hijo mío, hija mía eres tú” ¿vivimos a la altura de ese nombre?
Jacob experimenta un nuevo poder. Su nuevo nombre de Israel implica que él evidentemente Jacob recibió el poder de Dios. Cada nueva experiencia espiritual trae una comprensión mayor del poder de Dios en nuestra vida.
Jacob experimentó una nueva bendición: “Y lo bendijo allí”. A menudo de las crisis en nuestra vida surgen las bendiciones más grandes de parte de Dios.
Todo lo que Dios se propone y lleva a cabo en la vida de su pueblo está preparado para bendecirlo. Sus caminos pueden parecer extraños y difíciles de entender, pero su propósito es bendecirnos.
Jacob aprendió que los planes de Dios son mejores que los que el hombre forja por su propia cuenta. Aprendió que la providencia de Dios es lo que el hombre necesita, por eso dijo: “Vi a Dios cara a cara y fue librada mi alma”.
Cada vez que nos colocamos cara a cara con Dios tenemos la posibilidad de un cambio en nuestro carácter, un nuevo poder dentro de nosotros, una nueva bendición y una nueva experiencia en el aprendizaje.
Gracias my Señor my Dios porq' cada día q' estoy en Tú bendita presencia siempre soy renovado cambiado transformado ya no soy yo el q' vive en my eres Tú viviendo en my llevando,dirigiendo los hilos de my vida !!!!!
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